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viernes, diciembre 02, 2005

Cuando uno se da cuenta de que las piedras que tira también caen en su propio tejado.

by: Greg (eran las 08:21)

Hace poco, coincidieron Fernando y Ralsa en denunciar asuntos para(sub/a)normales con unos días de intervalo. Los 2 se refieren a falsos milagros con sus consecuentes ingresos turísticos. Es evidente que desde un punto de vista racional, uno está totalmente en contra de que se siga manteniendo el engaño por lo cual estoy completamente a favor de que se levante la alfombra... a sabiendas de que ello provoca la quiebra económica de unos negocios satelites más o menos implicados: entre 2 males, si tenemos la suerte de poder elegir, que sea siempre el menor posible.

Y como siempre, uno se pone a pensar si conoce algunos más del mismo estilo.
Lo primero que le viene a la cabeza es Lourdes: lo único que tiene de milagroso es la cantidad de pasta que se mete IglesiaCatólica S.A. en el bolsillo. Y los otros negocios adyacentes que esta no controla, bien a su pesar. No tengo la menor duda de que si tuviera el minimo poder de cerrar el chiringuito, lo haría. No sin intentar recolocar a los que viven más o menos inocentemente de dicho engaña bobos.
Y es justamente en este momento de mayor convicción sobre el tema, cuando uno ya se dispone a pasar a algo más controvertido/dificil cuando baja la guardia y le cae la piedra encima de la cabeza: ¿Y Santiago de Compostela, qué? Después de un primer intento de zanjar el tema de manera política con "no es lo mismo puesto que.... ¿no vendemos nada?", me rindo a la evidencia de que la economia de mi región (Galicia) está en gran parte basada en una mentira que, unos segundos antes, estaba dispuesto a aniquilar sin la menor duda.
Para daros alguna idea, voy a tirar cífras encima de la mesa:
- La fiesta nacional de Galicia es el 25 de julio, día del apostol Santiago.
- Vienen cada año a Galicia unos [A] millones de turistas. De los cuales [B] se dirigen a Santiago de Compostela.
- Esta cífra sube hasta los [C] millones cada año santo (sí, el simple hecho de que el 25 de julio caiga un domingo hace que el año sea santo).
- El turismo representa [X] € anuales es decir, el [Y]% del PIB de Galicia.
Si mañana alguien cuenta oficialmente la verdad es decir, que peregrinar hasta Santiago no sirve para absolutamente nada (salvo pasar un rato agradable, ser un ejercicio sano, disfrutar de bonitos paisajes y una gastronomía de ensueño ;-)), una gran parte de eso se viene abajo.

¿Sigo "totalmente a favor de que se desmonte el chiringuito"?
[Continuaré con el tema mañana] [Pues "mañana" es hoy, 15 de diciembre ;-)]
Me sería fácil contestar que sí de todas maneras: al fin y al cabo, la decisión no la tengo que tomar yo así que mi opinión no va a cambiar nada: quedo bién sin que me cueste. Pero no escribo aquí para quedar bien y me queda algo de moral, a pesar de ser ateo ;-).

Las cifras que mencioné anteriormente permiten entender con facilidad que quien borra el camino de Santiago de Galicia borra a Galicia del mapa. Es lo que ocurre cuando una mina de plata vive a la sombra de una mina de oro: que a casi nadie le interesa la plata. Galicia tiene muchos y grandes atractivos turísticos (paísajes sin edificar, gastronomía sin contaminar,...) pero están muy eclipsados por la tumba de un tío que se sabe de sobra que nunca vinó hasta aquí.
Por lo menos, como menciona el primo Ralsa en los comentarios, aquí no se tima a nadie. En efecto, la peregrinación a Santiago sólo otorga el perdón de los pecados y alguna promesa de paraiso así que nadie se sentirá nunca timado pues ninguna de las 2 cosas tiene sentido/comprobación. [Esto me recuerda al famoso texto de Jim Huger "Kissing Hank's ass" cuya traducción al castellano podéis encontrar aquí].
Pero, lo dice también mi comentarista, una cosa no justifica la otra: está claro que una fuente de ingresos NO puede estar basada en una mentira.

Mi conclusión es que Galicia haría bien en reconvertir el camino de Santiago en un simple (pero importante) recurso turístico quitándole progresivamente su caractér religioso para convertirlo en una experiencia única. Eso sí que es real, se lo digo yo que caminé los 100 últimos kilometros con unos amigos y me prometí repetir la experiencia con mis hijos y mujer. Mucha gente (lo mejor del camino con el paisaje) con la que nos encontramos tampoco incluían el argumento religioso en sus motivaciones.
Esta mutación, además de abandonar la mentira histórica puede incluso llegar a ser una reconversión a tiempo para Galicia en caso de proseguir el fuerte declive de las religiones en Europa. No se tratar de negar las origenes cristianas sino de dejar de vender la moto: que algo haya nacido de una mentira no le obliga a seguir mintiendo para sobrevivir. Al contrario.

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