- Penitencia del año: "El hecho que un creyente pueda ser más feliz que un escéptico es tan cierto como decir que el borracho es más feliz que el hombre sobrio."
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miércoles, junio 27, 2007

Cada uno en su casa, y Dios... también en la suya.

by: Greg (eran las 17:01)

Hacía mucho tiempo que tenía ganas de redactar una entrada sobre cómo ser creyente puede influir en el aspecto profesional. Tenía pensando incluso preguntar algo del estilo "¿Contratarías a un creyente?" con la correspondiente controversia que podría provocar (sobre todo en los que siempre se sienten provocados).

¿Discriminación? La discriminación laboral consiste, resumiendo, en denegar un empleo en base a unos factores que no influyen en el desarrollo del mismo. Por ejemplo a una mujer porque puede caer embarazada.
Así que la cuestión es: ¿Influye sobre la profesionalidad de una persona el hecho de ser creyente?

A priori yo diría que no. Y - que no se preocupen los pre-ofendidos - a posteriori también diría que en la mayoría de los casos no influye. Pero hay casos muy graves que parecen querer llevarme la contraria:

1ª - Un presidente de la primera potencia económica mundial ha declarado que era Dios quien lo había mandado hacer la guerra en Oriente medio (mejor dicho: en medio Oriente).

2ª - "Un juez sustituto del juzgado de Violencia sobre la Mujer número uno de Alicante ha dejado sin efecto una orden de alejamiento invocando a Dios y a la importancia de la familia. La medida de protección pesaba sobre una madre de Alicante que maltrató a su hija de diez años (sigue...)."


En el primer caso, no creo que haya relación causa-efecto. Es decir, se cumple lo que he defendido aquí en varias ocasiones: Bush es así de imbécil no por creyente sino porque es Bush (e además, hijo de Bush padre). Aunque no fuera creyente, cometería las mismas masacres.

Sin embargo en el segundo caso, parece que el juez ha actuado bajo mandamiento bíblico con lo cual si que establece una relación causa-efecto entre ser católico y levantar la orden de alejamiento a una madre maltratadora.
Entonces ¿qué hacemos? Prohibir a los creyentes ejercer funciones de juez?

La respuesta es sencillísima: hay que explicarle a esta gente que, de la misma que basar su criterio en sus creencias para negarles un puesto de trabajo sería una falta muy grave, usar sus creencias como criterio en el ámbito profesional es también un fallo muy grave.

Nadie va a prohibir o te va a discriminar porque algún dios entre en tu casa. Pero lo que no puedes pretender es obligar a los demás a que entre en la suya, o a comportarse como si hubiera entrado.
Y eso es sencillamente la definición de un estado laico: ni creyente, ni ateo.

Edit 23-jul-07: Esta noticia confirma mis temores de que algunos profesionales confunden los criterios profesionales a los que han de atenderse con su visión personal (por no decir deformada) del mundo.
Me opongo a este (ab)uso de la justicia con la misma rotundidad que a aquel (ab)uso de autoridad, lo cual me permite revendicar mi postura coherente frente a aquellos integristas mencionados que consideran que las cosas son justas cuando son como ellos quieren.
Porque de eso se trata: podremos estar siglos (que ya llevamos 2) discutiendo sobre quién tiene razón y quién no pero con lo que uno no puede engañar a nadie es sobre si es coherente o no.

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